Estudio de la transmisión Perinatal del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)

En junio de 1981 Gottlieb describe los primeros casos de un nuevo proceso, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). A partir de ese momento y ante la creciente comunicación de nuevos eventos de la enfermedad, se inició la búsqueda del posible agente causal. Ese mismo año el Centro para el...

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Main Author: Padilla Pérez, Ana Isabel
Format: Dissertation
Language:Spanish
Published: ProQuest Dissertations & Theses 01-01-2002
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Summary:En junio de 1981 Gottlieb describe los primeros casos de un nuevo proceso, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). A partir de ese momento y ante la creciente comunicación de nuevos eventos de la enfermedad, se inició la búsqueda del posible agente causal. Ese mismo año el Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta (C.D.C.) estableció una definición y comenzó la vigilancia epidemiológica: se requería de la aparición de una inmunodeficiencia con reducción de los linfocitos T y asociación con infecciones oportunistas y Sarcoma de Kaposi. Inicialmente se relacionó con agentes infecciosos conocidos como el virus Epstein-Barr, hepatitis B, herpes simple, citomegalovirus, virus de la peste porcina, etc .Otra hipótesis etiopatogénica fue considerar, al igual que existen virus en distintas especies animales que producen inmunosupresión, tales como parvovirus o los retrovirus, que existiera uno en la especie humana que fuera el responsable de este proceso patológico. En esta línea de trabajo, ya en febrero de 1982 Robert Gallo formuló una hipótesis donde asociaba el SIDA a un retrovirus linfotrópico, posiblemente relacionado con los primeros retrovirus humanos HTLV-I y HTLV-II. En mayo de 1984 Gallo y colaboradores describen un virus relacionado con la familia de los retrovirus humanos, el HTLV-III, obtenido a partir del suero de pacientes con SIDA. A su favor estaba la demostración de la transmisión del SIDA por transfusiones sanguíneas y otros productos hemáticos filtrados, además de los asociados a contactos homosexuales repetidos con penetración anal o el uso de drogas intravenosas.El 20 de mayo de 1983, Luc Montagnier y su grupo de investigadores del Instituto Pasteur de París4 , describieron el aislamiento de un retrovirus, a partir del cultivo vírico de un ganglio linfático extraído de un paciente con adenopatías generalizadas, al que denominaron virus asociado a linfadenopatía (LAV). Este presentaba reacciones cruzadas con el HTLV-I, aunque esta apreciación no era concluyente. Prácticamente de forma simultánea, el grupo de Robert Gallo del Instituto Nacional del Cáncer (N.C.I.) de Bethesda, Estados Unidos, anunció el hallazgo de un retrovirus, el HTLV-I, a partir de un enfermo del SIDA . Ese mismo año, Gellmann y colaboradores comunicaron la presencia de ADN provírico de un retrovirus tipo HTLV-I en dos pacientes con SIDA .Finalmente, en julio de 1984 el grupo de Pasteur, en colaboración con el CDC, llegó a la conclusión de la existencia de una asociación entre el SIDA y el HTLV-III y, además, que el LAV y el HTLV-III eran el mismo agente. En 1985, ambos grupos publicaron los datos moleculares que demostraban la identidad de ambos virus, estableciendo diferencias de 1.5% en su composición de nucleótidos . A partir de este momento, el posteriormente denominado virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), fue reconocido universalmente como el agente causal del SIDA. Más recientemente se ha creado una polémica entre los grupos de Gallo y Montagnier, en relación con la posible existencia de cofactores en el desarrollo del SIDA . En la actualidad se admite que el VIH es el único origen, aunque existen cofactores que aceleran el progreso de la enfermedad y hasta es posible que la condicionen.
ISBN:9798762147972